Vistas de página en total

jueves, 11 de abril de 2019

PRIMAVERA ANTICIPADA

Los efluvios de abril acarician mis cortinas, Apolo hace mutis por el pasillo y mis sueños se funden con las trompetas cítricas de la tarde...




Colarme en la fiesta sensorial de la estación de Vivaldi, cuando ésta aún se resiste, es mi deseo, llegado el mes de marzo. Atracar una floristería, llenar la cocina de bulbos o colocar una despampanante orquídea caribeña en medio del salón, podría ser un buen comienzo. Pero este año, buscaré esas alas que un día compré, sin saber por qué, y me precipitaré al vacío de la mano de Apolo. Cuando me encuentren, mi alma y la suya habrán tomado la senda del crepúsculo. Lo que quede de nosotros no se parecerá a lo que fuimos y desde el paraíso, por medio de hechizos, lunas llenas y conjuros paganos, fingiré que soy Ikaro o aquel serafín alado que habita en la línea tenue del horizonte.

 

Reciclaré el invierno, dejaré la lluvia y el frío aparcados en el contenedor orgánico, abriré las ventanas para que salga el letargo y cubriré las paredes de mandalas. Llenaré el cubo de la fregona de agua límpida, a la que añadiré optimismo y un buen chorreón de valentía, y rociaré los rincones de incienso y sándalo, que infusionaré con los colores del viento. Me traeré el arcoíris más grande del bazar de la esquina, que subiré a rastras por las escaleras. Tendré que deshacerme de lo ampuloso, hacer un aquelarre con mis bufandas, quemar mi pijama de franela y las camisetas térmicas del Decatlón. Pondré una lavadora con mis miedos, echaré en la canasta de la ropa sucia los prejuicios, lavaré en la pila la ignorancia, pondré en remojo lo aprendido y colgaré en el tendedero cada una de mis experiencias. Me haré con lecturas etéreas, novelas de aventura, versos libres y poemillas volátiles de rima asonante. Cocinaré a fuego lento la caída de la tarde, deteniéndome en el ritmo acompasado de las sombras, que motean las montañas que veo desde mi ventana.

   

Tiraré todo lo que hasta ahora he considerado imprescindible, romperé mis agujas de punto y haré trizas ese paraguas rígido que he acarreado en el coche todo el año, que representa la arrogancia de lo superfluo y la monotonía de lo viejo. Renovaré mis frascos estivales y estaré en casa para cuando llegue el cartero con un sobre certificado de remitente desconocido. Aliexpress me traerá por fin, envuelta en pompitas transparentes, el arpa que vi en aquel catálogo. Arrastraré sillas, camas, armarios, aparadores… y abriré los grifos para que el manantial de la espera llene mis estancias con ecos del Nilo. Bajaré al trastero lo indiferente, lo acogedor, lo cómodo. Colgaré sueños de bambú en mi terraza y silencios en mis rincones preferidos. Mataré a los renos de Santa Claus, al Grinch, al infame fantasma de mi historia más reciente y renaceré como Afrodita, con la tormenta eléctrica de la tarde.  

3 comentarios:

  1. ¡Fantástico! Me he sentido identificada en algunos puntos. Viva la primavera y ¡viva tú!

    ResponderEliminar
  2. Vaya pasada... me he quedado extasiado y ojiplático.
    Es precioso.

    ResponderEliminar
  3. Simplemente fantástico, soy tu admiradora

    ResponderEliminar

EL DÍA DESPUÉS

Se despertó de la siesta y se liberó de las garras de su sillón-relax. Una fuerza irracional le condujo hacia la nevera, que no solía fallar...