Dedico esta entrada a mis primas Alicia y Mariló.
Aquel concierto era providencial. ¿Cómo podía ser que mi admirado
ídolo, un astro de la música, el artista más inaccesible del planeta viniese a mi ciudad a dar un concierto? Mi pobre padre no dudó en darme el sí
y allá que fuimos al Corte Inglés a por la entrada, que yo manoseaba y
atesoraba como si fuese la misma llave de las puertas del cielo. Dado mi
carácter soñador e imaginativo, podéis imaginar lo de fantasías que pasaron por
mi cabeza los meses previos al evento. Estaba prácticamente convencida de que mi adorado ídolo me sacaría al
escenario a cantar 'I’ve just can’t stop loving you' a dúo con él. Una
posibilidad que acariciaba cada noche sobre mi almohada y que mis antiguos
vecinos sabrán por las veces que canté el tema a viva voz por toda la casa, a
capella o grabándome una y otra vez en el radiocasette. Llegó el día y allí estaba yo, flanqueada por mis
primas Alicia y Mariló en el césped del estadio de fútbol de Marbella llorando por dentro de emoción
y respirando el mismo aire que él!!! (para los mitómanos como yo, eso ya es
muuuucho). Había algo en el aire de aquel atardecer de verano y es que todos
los que estábamos allí sabíamos que teníamos delante a una leyenda viva. No os puedo relatar lo impresionante que fue el concierto,
fueron dos horas en las que Michael Jackson se dejó la piel bailando y cantando
(juro que vi pasos que nunca le he visto hacer después). Las actuaciones eran
como vídeoclips, perfectamente ambientadas y coreografiadas, por lo que tuvimos
la ventaja de saber en primicia cómo iban a ser algunos de los vídeos cuyos
singles aún no habían salido, como el de "Smooth Criminal", que no sacaría
hasta meses después. Siempre le estaré agradecida a mi prima Ali, que tuvo la
genial idea y la paciencia de tirar de mí y llevarme hasta la segunda fila!!!! Pues yo estaba
paralizada de la vergüenza (en fin…). Así que, dejamos las enormes pantallas
atrás y vimos a Michael a tan sólo unos metros de distancia. Se me cortó la
respiración cuando pasó por encima de nuestras cabezas cantando sobre una grúa ataviado con lo que parecían unos plásticos negros, habría jurado que era un
murciélago endemoniado poseído por la música. Me sentí como en casa cuando oí
los acordes de “I want you back” de los Jackson Five y nos estremecimos cuando el escenario, envuelto
en niebla, se convirtió en un cementerio de muertos vivientes que se retorcían y
bailaban al ritmo de Thriller. Uno de los momentos que más me impresionaron
fue cuando Michael bailó sólo y sin música bajo una luz cenital, como esa que
proyectan los OVNIS en las películas. Nunca he visto a nadie bailar así, parecía que sus pies no tocaban el suelo y todo su cuerpo vibraba frenéticamente, no era de este mundo.
Hizo varios bises, parecía que no se quería ir, nosotros tampoco. En fin... como podéis imaginar, no tuve la oportunidad de subir al escenario a cantar "I’ve just can’t stop loving you". Ooooooh… Pero ese día aprendí que los sueños se cumplen, tan sólo tienes que desearlo con todas tus fuerzas. Eso sí, no pidas que sean al pie de la letra.
Hizo varios bises, parecía que no se quería ir, nosotros tampoco. En fin... como podéis imaginar, no tuve la oportunidad de subir al escenario a cantar "I’ve just can’t stop loving you". Ooooooh… Pero ese día aprendí que los sueños se cumplen, tan sólo tienes que desearlo con todas tus fuerzas. Eso sí, no pidas que sean al pie de la letra.
Me ha encantado este post, es como una forma de desnudar el alma y escribir con el corazon
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