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viernes, 14 de julio de 2023

SEGUIR ESCRIBIENDO


Voy a seguir escribiendo, porque el atardecer es más bello junto al calor de la tinta y porque, al cerrar los ojos, arden mil historias en mis dedos. 

Voy a seguir escribiendo, porque prefiero la intimidad de un cuaderno, al ruido de una fiesta tumultuosa y porque en lo más profundo, la vida no es leída, si no se moldea con el torno imprevisible del grafito. 

Voy a seguir escribiendo, porque la escritura es esa otra dimensión de mí misma, que me divide y multiplica, cuando hundo la mina en el fragor del folio. 

Voy a seguir escribiendo, aunque pierda autobuses, se me pasen las paradas y ese tiempo no lo dedique a otros quehaceres más rentables. 


Voy a seguir escribiendo, porque no existen las casualidades y porque todo cuanto me digo a través de una pluma se convierte en mañana y en otra cosa distinta. 


Voy a seguir escribiendo, porque lo que escribo supera con creces todo cuanto pueda decir y porque escribir me ayuda a conocerme y a comprender al otro, por muy lejos que se encuentre. 


Voy a seguir escribiendo, porque es la única forma de que el tiempo se detenga, que los pájaros canten y que vuelvan las oscuras golondrinas. 


Voy a seguir escribiendo, porque cada vez que lo hago, mis pies dejan de tocar el suelo, las musas me despiertan por las noches y el tiempo no existe cuando los renglones me invitan a saltar al vacío.


Voy a seguir escribiendo, porque las palabras me conectan con la gente, dibujan lianas invisibles y excavan en lo más profundo, recuperando perlas celestes de mi inconsciente.

 

Voy a seguir escribiendo, porque es la mejor manera de no huir de mí misma y de hacerle frente a la imparable bola de nieve que es mi vida. 


Voy a seguir escribiendo, cuando la escarcha de los años inmovilice mis manos, ya no sea dueña de mi cuerpo y cuando me convierta en polvareda del camino. 


Lo haré con la ayuda de los ángeles, desde cualquier rincón del universo.

 

 

 

 

 

 

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