Vistas de página en total

domingo, 18 de agosto de 2019

EL MACHISTÓMETRO

Si piensa que el feminismo no va con usted, pero no se considera machista, mediante este breve test sabrá si comparte algo más que la espuma de afeitar con este pintoresco grupo, por suerte, en vías de desaparición.
En plena canícula de agosto, con los termómetros marcando máximas históricas, como cada año, la televisión martirizándonos con sus programas enlatados, el curso político en suspense y las playas del Mediterráneo convertidas en un tapiz multicolor de gente, sombrillas, toallas y flotadores de unicornio. Precisamente ahora, llega a nuestras farmacias: ¡¡¡el Machistómetro!!!! Ríase usted de los tests multidrogas, del convencional termómetro o del Clearblue, porque la industria farmacéutica ha dado por fin con un aparato capaz de medir su nivel de MACHISMO. ¿Mande? En el caso de que lo padezca, claro. Determinando incluso la época en la que su mentalidad se encuentra realmente. Si las siguientes expresiones le producen alarma o indignación, quédese tranquilo, porque su modo de ver la vida y sus ideas van acorde con los tiempos que corren. Si se ríe por no llorar, se encontraría usted en una posición tan ponderada y juiciosa, que es capaz de verle incluso el lado positivo. Pero si echa usted mano de estos chascarrillos de vez en cuando o simplemente los oye y su presión cardíaca no se altera lo más mínimo, tiene razones para preocuparse y mucho, ya que podría constituir usted una anacronía; para que me entienda mejor, está viviendo en un tiempo que no le corresponde. Como no se ha inventado aún la máquina del tiempo ni VOX ha ganado las Generales, pruebe a plancharse su ropa durante un mes seguido. La eficacia de este método radica en que te pone de tan mala leche, que terminas yéndote de casa. Se verá obligado a contratar los servicios de una tintorería, pero su familia respirará aliviada.

1. La mujer es lo más bonito que ha hecho dios. Expresión cavernícola donde las haya, sobrevive en boca de mujeriegos trasnochados y sementales de pelo en pecho, que la utilizan como para hacer ver que no son machistas, que va. Para estos individuos la mujer es un simple objeto de deseo, eso sí, bello. A este arquetipo un tanto costumbrista le gusta ser atendido por "señoritas" en bares, restaurantes, cafeterías, tiendas, oficinas... Le ponen las azafatas con cofia, los labios pintados de rojo y un buen liguero, fetiche clásico que bebe del cine en blanco y negro, las películas de Oeste o las míticas de Pajares y Esteso. Se consideran clásicos y les tira todo lo rancio, los puros, un buen copazo de coñac y la paella de su madre. Entre los personajes más populares que han hecho suya esta prehistórica frase están Bertín Osborne o El Fary, entre otros. Los expertos más optimistas dicen que llegará el día en que ya no se utilice. Mientras tanto, paciencia y a bailar "torito bravo"!!!!
Edad mental del individuo: los 70s y 80s.

2. Mujer tenía que ser. En el mismo cuadro de delirio nos topamos con un clásico de toda la vida que no termina de irse, y es que mientras no se lleve a cabo una terapia preventiva y se suministren las vacunas necesarias a toda la población (‘igualdad’ y ‘respeto’ por vía oral), el doctor se verá obligado a prescribirle ‘feminismo’ en altas dosis por vía intravenosa, hasta que los síntomas remitan o alcancen un nivel más controlado y estable. ¡Suerte, sultán! 
Edad mental del individuo: los 60s y 70s.

3Periquita. Este apelativo me inquieta sobremanera y es que ahí donde lo veis, encierra todo un mundo de connotaciones vintage. Es oírla y oler a Barón Dandy o evocar los llaveros de Renault colgando del bolsillo, los ceniceros de Zinzano y los paquetes de Fortuna asomando por el bolsillo de las camisas. Vamos, que el palabro es generacional, lo que quiere decir que el sujeto que lo emplea ya ha superado, como mínimo, la cincuentena. Pero viajemos al interior del término, porque no tiene desperdicio: cargado de intencionalidad, puede sugerir desde que la mujer es una 'amante clandestina', 'concubina' o 'ligue ocasional', hasta que es 'caprichosa', 'presumida', 'despilfarradora' o incluso 'gafe' (por el simple hecho de ser mujer, claro). Vamos, cualquier cosa, pero nada bueno, oiga. En su versión más castiza está “pájara”, cuyo tono y alusión al reino de las aves (símbolo de libertad) da cuenta de la suspicacia y desconfianza que siente dicho individuo hacia en este caso la mujer. En el mismo registro coloquial o vulgar nos encontramos parónimos como “elementa” o “zagala”. Hacer uso de todos ellos está demostrado que sube el nivel de testosterona por encima de los límites aconsejables, lo que deriva en 'misoginia'. Un carajillo de anís el Mono le hará el cuadro más llevadero o en su defecto, un Terry bien cargadito. ¡Y a dormir la mona, gañán!
Edad mental del individuo: los 70s y 80s.

4. Lo que diga mi mujer. Es el santo y seña de los hombres que, para disimular, juegan a hacerse el calzonazos y les gusta utilizarla cuando están en grupo. Son los mismos que divulgan ocurrencias tan manidas como “en casa yo propongo y mi mujer dispone”, utilizando la palabra “parienta” astutamente para quitarse de encima compromisos indeseados, dando a entender que es ella la que no puede o quiere: “Yo iría, pero a ver lo que dice la parienta”. Este patrón es tan común, que hasta no hace mucho se consideraba normal, razón por la que el 90% de los casos se halla aún sin diagnosticar. A modo preventivo, se recomienda no echar mano del ‘cinismo’ para evitar situaciones poco apetecibles. Y no estaría mal incluir en sus rutinas un comprimido de ‘honestidad’ y ‘valentía’.
Edad mental del individuo: los 80s y 90s.

5. Ni machismo ni feminismo, igualdad. El machistómetro es contundente con aquellos que gustan de hacer suya esta máxima, indicándonos que estamos ante un caso de machismo tóxico y torticero. Si la escucha, tenga cuidado porque estos sujetos niegan estar enfermos y son tremendamente manipuladores. Recurren a la artimaña trilera de dar por hecho que 'machismo' y 'feminismo' son dos elementos antagónicos y por lo tanto equiparables, recurriendo astutamente a la 'igualdad' como elemento apaciguador. Desde aquí aconsejamos a estos defensores de la igualdad que sin más dilación le digan a su jefe que a partir de ahora trabajarán sin percibir salario alguno. De este modo lograrán la 'igualdad' con las mujeres que trabajan en sus casas y no son remuneradas por ello.
Edad mental del individuo: los 90s.

3 comentarios:

  1. Bravo!! Genial Susana. Sigue escribiendo!!!

    ResponderEliminar
  2. Qué reconfortante es leerte. Pones palabras a la impotencia venida de serie cuando se nace mujer...

    ResponderEliminar
  3. Guauuu el artículo más poderoso que he leído jamás sobre las diferentes etapas del machismo español y sus adjetivos para referirse a las mujeres. Gracias por seguir reivindicando esa igualdad que a veces se torna tan inalcanzable y lejana para las mujeres. Bravo total Susana👏👏👏👍

    ResponderEliminar

EL DÍA DESPUÉS

Se despertó de la siesta y se liberó de las garras de su sillón-relax. Una fuerza irracional le condujo hacia la nevera, que no solía fallar...