Amar a tu país nada tiene que ver con llevar una bandera en ristre ni pedir orejas y rabo en plazas de toros. Estos sonetos hablan de un estereotipo esperpéntico y catetil que, lejos de desaparecer, está presente en las más jóvenes generaciones.
I
Hay una España burda e iletrada
que reza por si acaso y se engomina
se cuadra ante el olor a indisciplina
y exige lo que es suyo antes que nada.
Hay una España rancia, aparroquiada
de paro, Per y vida pueblerina
que bebe, come, duerme y se arrutina
pero que se la da de refinada.
Es esa España pía, abalconada
que se pasea en feria y romería
en Pascua finamente encapuchada.
Altiva, celestina y opinada
declara Hacienda siempre con trampilla
pero con la bandera siempre izada.
II
Hay una España rancia, abanderada
de coche de alta gama y escopeta
de jamoncito, juerga y pandereta
ufana, borrachina y trajeada.
Una España Lacoste, acartonada
de misa de domingo y picoleta
de pañuelito al cuello y de saeta
creyente, moralista, golfeada.
De chiste fácil y de moral inquieta
emplea al inmigrante en su masada
cuando le viene bien para su treta.
Y cuando no, se coge una rabieta
seguida de un "joder" y una rezada
luciendo un buen escudo en la chaqueta.
Afortunadamente hay otras Españas.
ResponderEliminar¡Cuánta razón! Cómo consigues clavar a esa España que enviste sin cabeza. Chapeau, amiga 👏👏
ResponderEliminarBuenisimos niña... Qué arte tienes!
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