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jueves, 29 de noviembre de 2018

FRASES QUE NO SOPORTO

Dedico esta entrada a Francisco Ruiz Noguera, el que fuera mi profesor de Lengua Española en la Facultad. Qué razón tenía cuando nos decía que “el lenguaje nunca es inocente”…

Hay expresiones y palabras que nos dan como grima y nunca nos paramos a pensar por qué. Así que me he permitido el lujazo de detenerme en algunas de ellas y de hacer una pequeña reflexión, experiencia que recomiendo por reveladora, ya que nos obliga a desandar el breve pero inquietante camino que hay entre lo que decimos y por qué lo decimos, dejando al descubierto nuestra intencionalidad verbal. He aquí un pequeño ranking de totales y de vocablos que reflejan que somos lo que hablamos:
Imagen de Lady Gaga en el vídeo de 'Telephone'
1. "Me pongo calzado plano para no ser más alta que mi marido". 
No hay duda, las que lo dicen son tontas perdías... Se han creído tanto el papel de "consorte" que están dispuestas a hacer lo que haga falta para quedar en un segundo plano. Van de modositas y llevan siempre un fiso en la boca para no decir ni mu. 
En fin, deberían salirles juanetes...

2. "No me gusta perder ni a las canicas".
Le tengo muchííííísima manía. Si la oís, poneos en guardia, pues encierra chulería, ansias de superioridad y en el fondo un gran complejo de inferioridad. La suelen decir hombres (hasta la fecha nunca se la he oído a una mujer, pero todo se andará), que van o pretenden ir de triunfadores por la vida, es una manera de decirte "nena, que no soy un pringao, que soy un ganador nato". En fin, vomitiva...

3. "No adelgaces más que te pones fea".
El que te lo diga miente como un bellaco. Salvo que sea tu abuela, pues las personas muy mayores tienen un canon de belleza distinto. Pero no lo dudes, los demás la utilizan para meter miedo, sabotear y desmoralizar a todo aquel que, armándose de voluntad, ha conseguido perder unos kilitos. No lo dudes, les da coraje de que se te esté quedando un tipín de toma pan y moja... Tápate los oídos y piensa que "la delgadez es bella" que, aunque no siempre es cierto, sirve de antídoto para neutralizar este pedazo de falacia que ha sobrevivido, y muy bien, a los tiempos.

4. "Campeón".
Es oírlo y subirme un escalofrío por la espina dorsal... De todas las expresiones que no soporto, ésta es la que más me ha costado averiguar por qué, ya que he tenido que bucear en mi subconsciente para dar con el motivo. Para empezar, esta palabra encierra una vacuidad tan supina, que pasma. ¿Qué se supone que has ganado, las Olimpiadas, el Roland Garros, el Mundial de Fútbol? Da la impresión de que se ríen en tu cara y al mismo tiempo te estén perdonando la vida. Vamos, que se sabe que los campeones no salen de debajo de las piedras ni se prodigan por doquier... Y tú, que eres un pringao sin pretensiones, te sientes más pringao todavía por otorgársete de forma tan gratuita un título que nada tiene que ver contigo ni con tus circunstancias. 
Para más inri, hay algo metalingüístico en la palabra que tiene que ver con su carácter bilabial y oclusivo que, combinado con su acentuación aguda en consonante, le confiere un aire de insuficiencia simplona que rebasa con mucho el mal fuelle y la mala sombra, con un toque cani nada desdeñable. En fin, repugnante...

5. "Generalizar no es bueno".
¿Cómo que no? Todos la repiten como borregos y sobre todo aquellos que por desconocimiento o terquedad, se niegan a aceptar una realidad manifiesta. ¡Menuda falacia! Si generalizar no es bueno, decidme entonces para qué sirven los estudios estadísticos, el índice de probabilidad, la media... La "generalidad" es la base de la Ciencia y del Derecho y gracias a esta capacidad innata que tiene el ser humano de generalizar de forma intuitiva, somos capaces de organizar y crear un mundo más justo para todos. No es que la 'minoría' restante sea desdeñable, sino que la 'mayoría', como el síntoma de una enfermedad, nos indica que algo está sucediendo y que merece la pena que le prestemos especial atención para averiguarlo y actuar en consecuencia, en vez de mirar hacia otro lado, haciendo gala de una sensibilidad inusitada hacia en este caso una minoría, lo que nos llevaría a tomar la parte por el todo, y esto sí que es injusto, señores!!!







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