He sobrevivido y estoy aquí de paso, como tú. Con mi equipaje y el móvil en ristre, lista para comunicar a mi familia y amigos que he llegado sana y salva. No me he derrumbado cuando la desesperanza me rondaba, tampoco he cogido el engañoso y tentador sendero de la indiferencia, ni el del cinismo. He sobrevivido a un buen puñado de batallas que me han hecho humilde, que no dócil. De hecho, llevo la daga de la justicia bien afilada en el bolso, en un lugar preferente junto a mis barras de labio y mi kit de costura. Me he cosido tantas veces el alma, que ya sabe vivir por sí sola separada de mi cuerpo. Es como un bebé grande e inerte que es feliz porque ha aprendido a tener una respiración sosegada.
Mis pies sobrevuelan la acera, vía láctea intermitente y nocturna iluminada por destellos y charcos de agua contaminada, donde nadan narcotizados los patos que un día se escaparon del parque, hipnotizados por la Luna, en una piel clandestina y salvaje, ebrios de oscuridad violeta, eufóricos, frenéticos, a la deriva feroz del glacial oscuro de la noche de Vangogh. Dicen que nada fue igual desde que cayó la primera estrella, fue como una premonición de locura ancestral. Un silencio desquiciante sigue siendo nuestra respuesta, mientras retozamos en nuestra trémula pecera de champán, anestesiados, devorados, corroídos por las burbujas… Dormimos la mitad de nuestra vida y soñamos la otra mitad, cogemos el vagón incierto del destino e hipotecamos nuestra memoria. Y como los patos que se escaparon del parque, no queremos que se acabe la noche.
Hola ya he comentado pero no sé si se ha quedado reflejado lo vuelvo a escribir. Me gusta el artículo pero hay una parte de el que me pierdo por exceso de metafora que es la de en medio y me encanta la parte que dice que pasamos media vida dormidos y media despiertos es totalmente real
ResponderEliminarEl primer párrafo pretende ser un viaje a la consciencia y el segundo describe el estado de aborregamiento y la forma frenética en la que vivimos.
EliminarCierto pasamos media vida dormidos y la otra mitad soñando por eso el ser humano necesita un darse cuenta para coger el toro por los cuernos y hacer esos sueños realidades.
ResponderEliminarSimplemente: me encanta.
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