La realidad es atravesada cada día
por un tren de indiferencia
y una cascada incesante
de anuncios publicitarios.
La realidad ya no es una,
sino una maraña de bulos
que infestan nuestros terminales
en forma de opinión, reel o meme.
La realidad que ahora está de moda
es la que defiende a genocidas,
legitima guerras,
aúpa en el poder a desalmados
y se guarda una bala para aquel
que se atreva a sacar la bandera blanca
de la solidaridad, la pluralidad o el respeto.
La realidad se agarra con fuerza a nuestros miedos,
apela al individualismo defensivo
y exige su cuota diaria de venganza,
injuria y ensañamiento.
La realidad de ahora recibe votos
por prometer deportaciones masivas,
defendernos de enemigos que no existen,
desmantelar la seguridad social
o ir contra el débil o el diferente
haciendo de ello un circo retransmitido
por un influencer imberbe
que cree que la meritocracia
es una gracia que le sale a los ricos.
La realidad ha convertido el racismo
en tema de debate,
a los pobres en vagos y a las minorías
en los culpables de nuestras miserias,
donde las políticas sociales
y la igualdad de oportunidades
han pasado a ser amenazas
para el sistema de poder y el IBEX 35.
Ésta, la no-realidad, es una inmensa bola de nieve
que crece, cada vez que alimentamos el odio,
dejamos de tener esperanza
o nos creemos cualquiera de sus mentiras.
por un tren de indiferencia
y una cascada incesante
de anuncios publicitarios.
La realidad ya no es una,
sino una maraña de bulos
que infestan nuestros terminales
en forma de opinión, reel o meme.
La realidad que ahora está de moda
es la que defiende a genocidas,
legitima guerras,
aúpa en el poder a desalmados
y se guarda una bala para aquel
que se atreva a sacar la bandera blanca
de la solidaridad, la pluralidad o el respeto.
La realidad se agarra con fuerza a nuestros miedos,
apela al individualismo defensivo
y exige su cuota diaria de venganza,
injuria y ensañamiento.
La realidad de ahora recibe votos
por prometer deportaciones masivas,
defendernos de enemigos que no existen,
desmantelar la seguridad social
o ir contra el débil o el diferente
haciendo de ello un circo retransmitido
por un influencer imberbe
que cree que la meritocracia
es una gracia que le sale a los ricos.
La realidad ha convertido el racismo
en tema de debate,
a los pobres en vagos y a las minorías
en los culpables de nuestras miserias,
donde las políticas sociales
y la igualdad de oportunidades
han pasado a ser amenazas
para el sistema de poder y el IBEX 35.
Ésta, la no-realidad, es una inmensa bola de nieve
que crece, cada vez que alimentamos el odio,
dejamos de tener esperanza
o nos creemos cualquiera de sus mentiras.

Verdades como puños. Magnífico.
ResponderEliminarDuele oír, ni siquiera escuchar, esas palabras. Porque son reales.
ResponderEliminarEscribes de los recursos humanos. Según para ellos es una utopía. Para ti existe. Por eso te Admiro.
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